De la escuela del QUÉ a la escuela del QUIÉN.
Etimológicamente,
EDUCACIÓN deriva de dos voces latinas: educare (criar, nutrir, guiar, conducir,
formar, instruir, de afuera hacia adentro) y educere (sacar, extraer, de
adentro hacia afuera).
Partiendo de esta
definición, ¿en qué consiste la educación realmente: en ver a nuestros
alumnos como un gran contenedor que podemos llenar
de conocimientos a lo largo de
toda su etapa educativa o en verlos como seres a los que podemos ayudar a descubrir
y sacar hacia fuera todos sus potenciales y talentos?
La mayoría de los que
estamos leyendo, hemos sido educados como educare, desde fuera hacia dentro,
donde la escuela, la familia y las instituciones,
nos han enseñado a ser contenedores de una gran cantidad de conocimientos que
se consideraron importantes como base de
una buena formación integral de la persona, principalmente a través de la memoria
y de la repetición. Esto ha funcionado ya que el sistema y la
sociedad nos acompañaban y nos preparaban para
realizar estudios universitarios y después desempeñar trabajos en función de ellos.
A principios de siglo,
se dieron los primeros pasos de lo que se vino en llamar “innovación educativa”, donde se intentaba dar respuesta a los cambios que se estaban produciendo en la sociedad. La educación a partir de
entonces empezó a realizar los primeros cambios estructurales en el qué y el cómo de
la educación, orientada hacia la
justicia para llegar a todas las personas.

Si ayudamos a descubrir, sacar y potenciar a través de la creatividad y observando al
alumno como un ser único, nos convertiremos en una escuela donde daremos
respuesta a las necesidades de cada niño, pudiendo así personalizar su
aprendizaje.
Podríamos establecer un decálogo donde recoger,
entre otros muchos, algunos puntos donde se intenta reflejar la esencia de la
escuela del QUIEN:
- Ayuda a que los niños puedan extraer (de dentro hacia fuera) todo el potencial innato que trajeron consigo al nacer, y se complementa con una enseñanza de fuera hacia dentro, donde poder adquirir conocimientos y acompañamiento.
- Respeta y conoce el desarrollo natural de los niños, pudiendo así dar respuesta a sus necesidades.
- Concibe a los niños como seres únicos e irrepetibles con inteligencias diversas. Considera que el hemisferio izquierdo y el derecho son igual de válidos e importantes.
- La escuela es el lugar donde los alumnos, a partir de su creatividad, preparan y acondicionan los escenarios para que se produzca el correcto desarrollo de sus facultades.
- Parte de la motivación y de los intereses de los alumnos para el desarrollo máximo de sus capacidades y proyectos personales, le ayuda a conocerse y a conocer el verdadero propósito de la vida.
- Favorece el aprendizaje entre iguales, la cooperación y el respeto hacia el medio y aquellos que le rodean.
- Acompaña a los niños en competencias, aprender a aprender, para diseñar soluciones a los problemas y estar abiertos a los cambios que la vida les plantean.
- Parte de una evaluación personalizada y con un carácter cualitativo donde los alumnos conocen sus progresos y parten de ellos.
- EL ALUMNO ES EL VERDADERO PROTAGONISTA: “A los alumnos se les ha de enseñar a pensar, no qué pensar.”(Margaret Mead)
- Se inspira en la confianza en sí mismos, que aprendan a quererse y aceptarse tal y como son, como base de una educación emocional.
Ana I Matarranz Gimeno
Profesora-tutora Educación Primaria
Colegio Claret
Segovia
No hay comentarios:
Publicar un comentario