martes, 26 de mayo de 2020

La mirada de nuestros alumnos Claretianos de 2º de Bachillerato




Volver al lugar donde fuiste feliz






Ya desde el comienzo del curso pasado nos venían avisando de las complicaciones de 2º de Bachillerato: “cuidado con el próximo curso”, “es el más duro de todos”, “es una carrera de fondo…”. Claro que todos podíamos intuir que la última etapa de nuestra escolarización iba a suponer un gran reto, y que nos iba a costar mucho esfuerzo y un gran trabajo superarla. Pero, a mi parecer, esta situación supera con creces toda expectativa.

Al principio del confinamiento, el hecho de recibir clases en línea nos provocaba, incluso, la risa. Nos hacía gracia que pudiésemos desayunar mientras atendíamos las clases, que solo nos hiciera falta levantarnos cinco minutos antes, que no tuviéramos que pedir permiso para ir al servicio, y muchas otras cosas. Pero nadie, y yo me incluyo, pensaba que este tipo de clases nos agotaría tanto, o más, que las presenciales. Puede que sea por permanecer sentados tantas horas frente a una pantalla, por no poder salir a tomar el aire, o por no poder estar con nuestros compañeros, profesores y amigos, pero lo cierto es que, al cabo de unas semanas, estábamos todos exhaustos (y lo seguimos estando).

Además, en la distancia, veíamos como la tercera evaluación se aproximaba poco a poco. Entonces, ante la incertidumbre respecto a este tema, empezaron a surgir multitud de dudas sobre cómo íbamos a ser evaluados. Nadie sabía si sería por medio de exámenes, de trabajos, de ambos, o de ninguno. Esto contribuyó a que, en muchos casos, aumentara el agobio ante el final del curso, ya que toda nuestra organización para el mismo se fue a pique.

Las circunstancias que nos ha tocado vivir son históricas y, cuanto menos, excepcionales para todo el mundo. Por si fuera poco, nuestra generación tiene como añadido la presión a la que nos somete la llegada inminente de la temida EBAU. A todo el esfuerzo realizado de manera constante durante los primeros seis meses de curso, debemos ponerle todavía más dedicación, ante la imposibilidad de preparar la prueba externa de forma presencial.

Todos, tanto alumnos como profesores, hemos debido adaptarnos a las clases telemáticas, poniendo un extra de empeño para afrontar un método de enseñanza completamente novedoso para todos y cada uno de nosotros. No obstante, gracias a una buena organización desde el primer momento (incluso desde antes de que fuésemos puestos en cuarentena) y una gran implicación de ambas partes, estamos siendo capaces de sacarles el máximo provecho a las clases online. Además, aún nos queda la esperanza de la posibilidad de poder volver a las aulas pronto para poder impartir clases de repaso para la EBAU, lo que, por lo menos a un servidor, le alienta a seguir ahí.

Además de todo esto, estoy muy tranquilo y me siento muy bien preparado de cara a la prueba externa, así como de cara a mi futuro universitario y laboral, gracias, en parte, a la buena preparación que he recibido en este centro. Y especialmente en esta extraordinaria situación, puesto que, como dije antes, el colegio tomó medidas desde el primer minuto para que no perdiéramos ni el ritmo ni la tensión del estudio. A pesar del enorme reto que está suponiendo este curso, si conseguimos mantener ese ritmo durante la recta final, lograremos sacarlo adelante.

Sobre mi paso por el colegio, estoy muy agradecido por haber tenido la oportunidad de estudiar aquí, en el CODEMA, desde los tres años de edad hasta el final. Me paro a pensarlo y no escogería ningún otro centro, puede que, por la costumbre, o puede que sea porque realmente no me encontraría tan a gusto en cualquier otro lugar. Este colegio me ha permitido realizar numerosas actividades, visitar lugares, hacer viajes y conocer personas que me han cambiado y me han hecho crecer como persona, y por ello me considero verdaderamente privilegiado de formar parte de esta familia. Siempre recordarémi paso por ellacon, quizás, lágrimas nostálgicas en los ojos, pero siempre con una sonrisa de gratitud en la cara.

Sinceramente, me da una extraña sensación, entre pena y rabia, no poder despedirme como me gustaría de aquellos con los que llevo compartiendo estas aulas toda la vida, de mis actuales y antiguos profesores, ni de mis compañeros y entrenadores del equipo de baloncesto. No nos olvidemos de todos nuestros planes desbaratados para las vacaciones de verano, “el mejor y más largo de vuestras vidas”, como solían decirnos. Además, nos hemos quedado sin nuestra anhelada ceremonia de graduación, pero estoy seguro de que la llevaremos a cabo tan pronto como sea posible, aunque sea meses, o incluso años, más tarde.

Pero, en fin, ¿qué podemos hacer nosotros ante situaciones que se escapan de nuestro control? Pues nada, no nos queda otra que aguantar hasta que esto se resuelva, y tratar de aprender lo máximo posible de esta circunstancia, pues de todo se puede sacar algo positivo y constructivo. No se olviden de mantener la distancia de seguridad y no dejen de usar mascarilla y guantes. Gracias y un saludo.

Generación 2002-2020 Colegio CODEMA (Claret) de Gijón


Que llegue ya, y que no llegue nunca…


Segundo de Bachillerato, ese año que todos estamos deseando que llegue pero a la vez tememos que pase, ya que supone un principio y un final.

Desde muy pequeños, nos preparamos para lo que nos venga en un futuro, madurando cada año que pasa y cambiando así nuestra mentalidad. Pero este año es diferente, pues nadie se habría imaginado lo que ha ocurrido.De un día para otro nos dijeron que no volveríamos a clase, ni a ver a nuestros compañeros con los que tantos años llevamos conviviendo. No obstante, si algo bueno tenemos las personas es que sabemos adaptarnos a lo que nos venga, ya sea malo o bueno, y eso es precisamente lo que hemos hecho. Desde el minuto uno continuamos haciendo nuestro trabajo como si estuviéramos en el colegio todos juntos, es más, yo no he notado apenas diferencia, ya que sigo escuchando mandar callar constantemente a los profesores o las risas de mis compañeros por detrás.Quieras o no, se agradece, ya que te hace recordar que seguís juntos. Además, gracias a la tele-docencia estamos aprendiendo cosas nuevas que nos vendrán bien para los años siguientes o para este que estamos viviendo mismamente.

Por otro lado, no dejamos de estar en la etapa final de nuestro paso por el colegio, que jamás pensamos que la pasaríamos así. Es un poco triste porque sabes que ya no volverás a estar como antes y, quieras o no, es lo que hay. Sin embargo, si algo nos ha enseñado este centro es que siempre hay una salida para todo ayudándonos unos a otros, como hemos hecho siempre. También hemos aprendido una cosa muy importante durante estos años: conocerse a uno mismo y saber qué quieres hacer con tu vida, cuáles son tus aspiraciones y sueños. Finalmente, dejo lo mejor para el final, lo más importante y valioso de todo, es que no nos vamos sin más, sino que nos llevamos con nosotros a todos los profesores y personas que nos han ayudado durante esta etapa de nuestra vida.Eso sí, dejando un pedacito de nosotros en el colegio. Porque donde fuiste feliz, siempre acabas volviendo.

Generación 2002-2020 Colegio Corazón de María (Claret) de Zamora


La unión, el mejor antivirus

Quién iba a decir que cuando anunciaron por la tele, hace ya un par de meses, que cesaban las clases presenciales a raíz de un virus, iba a ser probablemente el último día que volvería a pisar el colegio en mi vida. Y desde entonces aquí estoy, sentado en mi habitación, intentando invertir el tiempo de cada día lo mejor que puedo. Porque sin duda, el tener que enfrentarnos a una situación tan crítica, a dos meses vista de una prueba rodeada de incógnitas y que va a marcar mi futuro académico, es un completo desafío. Además, la mayoría de nosotros, incluidos los profesores, nos hemos tenido que adaptar a un estilo de clase a distancia rápidamente, y aún así, dentro de este caos subyace la voluntad de sobreponernos a esta situación, de seguir adelante todos juntos a pesar de las circunstancias y poner en el punto de mira a la selectividad con la que tanto nos han dado la matraca estos dos años. Clases online diarias, trabajos, mensajes, exámenes, llamadas para saber cómo estamos…, todos hemos puesto de nuestra parte para darle la vuelta a la situación, recibiendo así una lección de vida que vamos a guardar siempre: la unión hace la fuerza. En fin, espíritu claretiano en estado puro.

Generación 2002-2020 Colegio Claret de Madrid





Sin miedo… que somos Claret!!!

Han pasado 2 meses y medio desde aquel día que nos mandaron a casa,  desde aquel día que, sin saberlo, me dirigía hacia las escaleras que tantas veces he subido, dejando atrás, por cada escalón que bajaba, miles y miles de recuerdos que me ha dado este colegio. Sí, soy alumno de 2º de bachillerato, y esos pasos fueron los últimos que di como alumno del colegio que me ha formado desde los cimientos hasta la cumbre de las primeras etapas de mi vida, durante 15 largos años. 

Poco a poco, me fui dando cuenta de la gravedad del asunto, y tras ver las noticias, percibí que lo que no quería que llegase se iba haciendo realidad. El viaje a Italia, los últimos globales con mis compañeros, las últimas clases con los profesores, los últimos agobios en el pasillo antes de un examen, las megafonías, los “¿qué tal el examen?” o los “¿qué había de tareas?”, la graduación, nuestra graduación… y tantas otras cosas que hemos visto hacer a muchas generaciones que han ido pasando a lo largo de los años y que un día soñábamos con hacer, pero debido a esta situación de pandemia, no podremos. Es una sensación rara, muy difícil de explicar, son muchos los recuerdos y muchos los momentos vividos entre estas paredes; desde hace mucho tiempo han dejado de ser cuatro paredes para convertirse en algo que ha calado muy dentro, para formar parte de nuestra identidad. 

Es duro, no voy a decir que no lo sea, no poder despedirse de todo esto como otros muchos lo han hecho, es duro pensar que te vas sin hacerlo como has querido hacerlo durante muchos años. Pero tengo claro que esta generación del 2002, se va dejando huella, y no sé si más grande o no que las demás, pero sí que sé que somos diferentes, somos una generación especial, una generación muy unida en todos los aspectos. Sentimos muy dentro que nos quedamos y que el colegio queda en nosotros para siempre.

Ánimo, fuerza y coraje, ¡que somos y siempre seremos Claret!

Generación 2002-2020 del Colegio Claret de Segovia

domingo, 17 de mayo de 2020

Los tres momentos del docente en este tiempo


EL ARMA MÁS PODEROSA DEL MUNDO


Nelson Mandela dijo en una ocasión: “la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”. De alguna manera ese debería ser el objetivo de cada uno de los maestros de las diferentes escuelas del mundo, convertir a nuestros alumnos en ciudadanos que mejoren la sociedad que tenemos en la actualidad. Seres autónomos, solidarios, preocupados con el medio ambiente y con un espíritu crítico para convertir nuestro entorno de dentro de 30 años en uno mejor.
El COVID19 creo que nos ha puesto a todos en nuestro lugar y ojalá en nuestra disciplina haya servido para recapacitar y reflexionar sobre lo verdaderamente importante.







Los profesores hemos pasado a lo largo de este periodo por diferentes etapas:



La primera una fase de saturación por múltiples aspectos. Entre ellos podemos destacar el exceso de trabajo, la inseguridad por el tiempo que esto iba a durar y la preocupación por la brecha digital que gran parte del profesorado, alumnado y familias sufren. Con esta brecha digital no me refiero a la falta de medios de algunas familias, que también, me refiero a la falta de formación para darle sentido desde la distancia a nuestro trabajo. Una fase en la que reinaba una preocupación excesiva por cómo hacer llegar las tareas a los alumnos, cómo usar la tecnología que nuestros centros ponían a nuestra disposición, o cómo las familias iban a responder a todos estos retos. 

En mi caso algunas de estas preocupaciones no existían, pero existía otra no menos importante: ¿Cómo poder ayudar al resto de compañeros a superar esta brecha digital de la manera menos traumática posible? Una reflexión parecida a la que en su día planteó el exjugador de los Lakers, Magic Johnson: “No te preguntes qué pueden hacer tus compañeros por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tus compañeros”

Esto se tradujo en horas de creación de tutoriales, llamadas de socorro de profesores, orientaciones sobre apps que pudiesen dar sentido a nuestro trabajo a nivel organizativo y práctico, conversaciones con maestros y miembros del equipo directivo… Una etapa dura pero reconfortante al ver como muchos compañeros conseguían en apenas unas semanas aquello a lo que no le habían prestado atención durante años.

En segundo lugar vino la fase de reflexión. Para mí esta es la fase más necesaria. Una fase en la que se piensa en el alumnado, que al fin y al cabo, siempre debe ser el protagonista. Una etapa en la que nos damos cuenta que la diversidad de situaciones de nuestras familias es muy desigual. Unas familias que viven saturadas por su trabajo o falta del mismo, por la incertidumbre e incluso en algunos casos por la enfermedad de alguno de sus miembros.

Una etapa siempre necesaria y en la que la labor del profesorado fue la de unirse, la de coordinarse; aspectos que a veces nos cuestan tanto a los maestros. Un momento para centrarnos en los niños, de ser flexibles, de pensar en las emociones y en lo verdaderamente importante en este momento. Momento para recapacitar sobre la evaluación y como ésta pierde sentido en el momento en el que no les tenemos cerca para ver su evolución diaria.

En mi nivel se tradujo en la creación de un proyecto interdisciplinar en el que los alumnos tratan de salvar a los diferentes personajes de Disney a través de retos competenciales que les hacen pasar misiones y conseguir insignias. Un trabajo que nos lleva mucho tiempo pero que creemos que merece la pena porque nuestros alumnos se ven motivados, activos e inmersos en su propio proceso de aprendizaje. 

También se trabajó el aspecto emocional a través de videoconferencias diarias o semanales con los alumnos para que ellos nos sintiesen cerca y entendiesen que lo académico quedaba en un segundo plano. 

 a tercera fase es la que más incertidumbre me despierta. Podríamos llamarla la fase del aprovechamiento. Tendrá que ver con el poso que quedará cuando todo esto haya pasado. Se traducirá en ver si esta situación nos hará plantearnos las necesidades de formarnos en la competencia digital, en la obligación de trabajar más en equipo (sin que nadie viaje gratis) y de ver las posibilidades que todas estas plataformas, apps o recursos nos pueden aportar en el futuro. 

La tecnología ha venido para quedarse porque forma parte de nuestro día a día pero lo realmente importante es la Buena Pedagogía. En la medida en que seamos capaces de integrar estos dos aspectos lograremos el pleno rendimiento y formación de alumnos preparados para el futuro.

Es difícil cambiar el concepto que las personas tienen de la profesión docente y del mundo de la educación. Resulta complicado cuando muchas de las familias han vivido un entorno educativo muy diferente en el que primaba la memorización, y lo social y emocional quedaba en un tercer o cuarto plano.

En mi opinión este es un momento propicio para hacer ver que la cercanía, la empatía y el trabajo de las emociones es fundamental en nuestras aulas. Un momento para reflexionar si aprender debe estar por encima del aprobar. Y una etapa para entender que sacar el máximo rendimiento de cada uno de nuestros alumnos sólo lo podemos lograr cambiando nuestro rol tradicional en el aula y entendiendo que la diversidad de individualidades no puede ser tratada de una manera idéntica. Una fase para plantearse si lo realmente importante en el mundo educativo es el producto o el proceso (implicación, trabajo, esfuerzo, valores, sacrificio…)

Si el COVID19 sirve para todo esto, habrá merecido la pena el esfuerzo realizado por todos los agentes del mundo educativo. Si no somos capaces de aprovecharlo, habrá sido una verdadera pena.

 ¿Seremos capaces de dar estos pasos?

Ojalá… y así se convertirá en el arma más poderosa del mundo.



Marcos Ordiales, profesor de Educación Primaria

CODEMA Gijón

lunes, 11 de mayo de 2020

Las familias y la teledocencia


Mi prima, profesora de Ciencias en ESO, me dice que lo que más echa de menos de este confinamiento es su pizarra con tiza y ver las caras de sus adolescentes… evidentemente mi respuesta es rápida: “¡Te regalo dos!”.

Soy madre de tres hijos y a la hora de sobrellevar esta situación de confinamiento y “teledocencia” excepcional, la estrategia a seguir es completamente diferente con cada uno de ellos. 

El mayor, 16 años, diagnosticado de TDAH con impulsividad, estudia TECO de Grado Medio ya que decidimos (con gran acierto, según hemos ido viendo) que era mejor que no hiciera bachillerato y eligiera un módulo puramente práctico y al aire libre... menudo momento. Debido a su temario en sí, es complicado sustituirlo por clases on line, así que me paso los días insistiéndole en la importancia de hacer algún curso de inglés, de ofimática o cualquier otro que pueda serle útil más allá de la “Play” que, por cierto, no es precisamente la mejor actividad para controlar su impulsividad. 

El mediano, 14 años, en plena adolescencia y terminando 3º ESO, curso complicado en sí mismo por el propio temario y por tener que elegir el itinerario académico. A pesar de ello, creo que la “teledocencia” está resultando un éxito a todos los niveles.

Desde el día 11 de marzo los chavales están “ON-LINE” en el más literal y estricto significado de la palabra... “EN LÍNEA-CONECTADOS”. Es verdad que tanto los alumnos como las familias ya teníamos la plataforma Educamos completamente integrada en nuestro día a día y creo que, gracias a esto, el salto tecnológico ha sido mucho más fácil que para otras comunidades... bueno y, por supuesto, al gran esfuerzo de los profesores que, con sus numerosas “horas extras” de preparación de tareas, evaluación y seguimiento personalizado, no están dejando que nuestros hijos se “olviden” del colegio y del curso.  

Por otra parte, esta situación excepcional les ayuda a un aprendizaje distinto, pero quizás más completo, que lo que se hubiera conseguido si todo hubiera seguido su curso. Por ejemplo: 

  • A la vista de la progresión de estas semanas, parece que se abordarán la mayoría de los contenidos esenciales previstos.
  • Este nuevo sistema le obliga (y lo necesita mucho…) a organizarse y planificar agenda, tareas, entregas, etc.
  • Está aprendiendo, sin apenas darse cuenta, informática en general, ofimática ¡e incluso de mecanografía! 
  • Se ha visto obligado a hacer en muy poco tiempo un estudio detallado y evaluación de todas las herramientas y aplicaciones de comunicación digital para pasar tiempo con los amigos.
  • Tiene una oportunidad inmejorable para fomentar el trabajo en equipo, la colaboración y la cooperación, que es lo que van a encontrar en el mercado laboral.

Por último, la pequeña: 8 años, 3º Primaria. Por una parte, es, de los tres hermanos, la que más atención y apoyo necesita, pero por otra, cuando me agobio porque no hemos mandado la ficha realizada o no nos podemos conectar a la “reunión” de la clase, intento recordar que lo más importante a esta edad es que los niños no pierdan la motivación y tengan interés por aprender, leer, escribir, dibujar, etc. y que lo que no aprenda este año ya lo recuperará al año que viene. 

Es verdad que es complicado el compaginar el homeschooling y el “teletrabajo”, pero en los momentos de agobio creo que es importante cambiar el punto de vista y valorar que somos muy afortunados los que en estas circunstancias aún podemos “teletrabajar”.

Agradezco especialmente el trabajo que han hecho los profesores, que se han tenido que reinventar de un día para otro, para, entre otras cosas, ayudar a nuestros hijos -tanto académica como emocionalmente- desde la distancia a sobrellevar esta situación tan triste que nos está tocando vivir, todo ello sin someternos a una presión innecesaria, sino transmitiéndonos en todo momento su comprensión y confiando en que cada una de las familias hace todo lo que puede.

 ¡MUCHAS GRACIAS!


Esther Valero
Madre del colegio Claret de Madrid

domingo, 3 de mayo de 2020

Ahora que podemos salir


AHORA QUE LOS NIÑOS PUEDEN SALIR A LA CALLE


Esta afirmación, tan deseada por muchas familias, por fin se ha hecho realidad. Pero teniendo en cuenta el tiempo que llevan los niños en casa, es preciso tomar en consideración cómo poder afrontar esta nueva decisión para que sea de la manera más positiva y sin tener que exponer a los niños a una situación, en ciertos casos, no deseada. Algunas familias pensarán que no lo necesitan por tener jardín en casa, pero esta medida no solo es para poder respirar aire fresco. Es la primera de muchas medidas para poder volver a normalizar la realidad social que nosotros y nuestros hijos teníamos antes de comenzar el confinamiento.

Es muy probable que en muchos niños haya surgido el miedo a salir a la calle. La vivencia personal de cada uno, forjada tanto por la información que recibimos del entorno como por lo que nosotros interpretamos, puede hacernos crear “monstruos” que no nos permitan avanzar en este paso. Es importante recalcar que sentir dicho miedo puede ser algo normal, pero eso no quita que debamos escondernos tras él y no afrontarlo. Ante esto, debemos ser comprensivos y hablarlo con ellos sin forzar. Es importante salir a la calle, pero no es necesario tener que salir a la calle en la primera semana. Debe ser un proceso de automotivación que nazca del niño a la vez que nosotros lo trabajamos con ellos.

Mucho del miedo que pueden tener es debido a la gran habilidad de adaptación que tienen los niños a situaciones nuevas y que les ha hecho “cumplir a rajatabla” el lema de este confinamiento #quedateencasa, aunque para muchos ha sido la oportunidad de poder disfrutar de papá y mamá durante mucho más tiempo del habitual y no quieren deshacerse de esta oportunidad. Igualmente, no son conscientes, como la mayoría de los adultos, de que este confinamiento ha hecho emergerennosotroscambiosennuestrospatroneshabitualesdevidayaseaelsueño, la alimentación, el control emocional, la frustración y por eso es importante salir a la calle.

Hay que prestar atención a cómo llevar a cabo este pequeño y nuevo paso que vamos a afrontar en las familias a partir de este domingo 26 de abril. Esta situación va a implicar una gran responsabilidad por parte de los adultos. El virus sigue en la calle y los niños no llegan a ser totalmente conscientes de la situación real. Debemos dedicar un tiempo para volver a explicarles la situación desde una perspectiva lógica más que científica y, sobre todo, centrándonos en todo lo que concierne a la prevención. Os voy a adjuntar un cuento. Es uno de los muchos que han ido llegando por diferentes vías, pero este lo veo sencillo y ajustado a lo que pueden entender de la situación.

Es importante explicarles en qué va a consistir esta oportunidad de poder salir a la calle y, sobre todo, que habrá que tener en cuenta algunas recomendaciones que deben cumplir. Algunas de las recomendaciones pueden ser más llevaderas, como que en los paseos vayan cerca de papá o mamá o que se cumpla la distancia de seguridad, algo que no se aleja mucho de lo que ya vivían los niños cuando iban por la calle. Pero existen otro tipo de recomendaciones que implican una explicación y práctica previa, me refiero a la posibilidad del uso de la mascarilla o el hecho de tener que evitar tocar picaportes o botones, por ejemplo.

Con los más pequeños puede ser muy útil practicar previamente, mediante el juego simbólico o a través de un role play, lo que van a vivir. Muchos no lo necesitarán porque entenderán las normas que les marcamos, pero otros muchos necesitan vivenciar previamente qué es lo que va a ocurrir. Podemos utilizar los juguetes que tienen en casa (construcciones, muñecos, etc.) para poder representar cómo va a ser (construir la calle, el parque al que solía ir a jugar, una tienda, etc. y luego jugar a que los muñecos van por la calle y vamos dando y representando las indicaciones pertinentes).

Es importante utilizar esta dinámica para hacerles ver la precaución de no ir tocando objetos o lugares de la calle (bancos, puertas, botones, etc.) y que es imprescindible ir siempre cerca del adulto. Es importante hablar con los niños durante el paseo, para transmitirles más seguridad y confianza. Es primordial, sobre todo en los más pequeños, recalcar la importancia de explicar que, aunque salgamos a la calle, no debemos entrar en los comercios a comprar chucherías o cualquier pequeño juguete y que no podemos ir al parque a jugar de momento. Estamos dando un paseo juntos y respirando aire fresco. 

Si finalmente recomiendan el uso de mascarillas y vais a utilizarla, sería conveniente practicar la sensación de llevar una antes de salir de casa. Para ellos es una situación completamente nueva. Además, es importante explicarles que no podemos tocarla con las manos y que, por prevención, seremos los adultos quienes se la pongamos y quitemos. Sea o no posible llevar mascarilla habrá que hacer gran hincapié en la higiene antes, durante y después del paseo.
Igualmente, deberemos estar preparados para saber contestar a los niños a preguntas tipo:
-  ¿Por qué tengo que llevar mascarilla?

Es para protegernos, algo que nos ayuda. Es muy importante que no nos toquemos con las manos la cara, los ojos, la boca y la nariz. La mascarilla nos ayuda a que si nos tocamos por accidente no pase nada. En la calle verás mucha gente con una puesta.

-  Si puedo ir a la calle, ¿por qué no puedo ir al parque a los columpios?
 Porque a todos los niños les encanta el parque y si fuésemos todos otra vez allí estaríamos muy juntos y no es lo más adecuado ahora. Volveremos al parque a jugar y a divertirnos, pero de momento hay que esperar.

-  ¿Se ha ido el coronavirus?
 No. Gracias a que hemos hecho el esfuerzo de quedarnos en casa, el coronavirus está débil, pero aún sigue en la calle. Si tomamos las medidas adecuadas: usar la mascarilla, no tocarnos la cara con las manos y lavárnoslas siempre muy bien, no hay nada por lo que preocuparse. Aunque podamos salir a la calle un rato, todavía tenemos que seguir quedándonos en casa durante el resto del día.

-  ¿Y si me contagio?
 Entre todos te cuidaremos para que sigas disfrutando de todas las actividades y juegos que hay en casa. Tenemos que salir a la calle a respirar aire fresco y, pase lo que pase, estaremos contigo para cuidarte.

-  ¿Podemos ir a visitar a los familiares o amigos?
 Todavía no, de momento podemos dar un paseo cerca de casa. Saldremos para dar un paseo de una hora por la calle. Todos tenemos muchas ganas de verlos, pero debemos esperar.

-  ¿Cuántas veces podremos salir?
 Por el momento solo podemos salir una vez al día y durante una hora. Así que debemos aprovechar para disfrutar de un bonito paseo juntos.

-  ¿Por qué debemos quitarnos los zapatos antes de entrar encasa?
 Porque es una manera más de cuidarnos. Los dejamos en la puerta y luego los cogemos para lavarlos. Es importante que nada más entrar de la calle vayas a lavarte las manos con agua y jabón también.
¡Lo has hecho genial, he disfrutado mucho en este paseo contigo!

Algo esencial que también hay que tener en cuenta es que nosotros debemos mostrar calma y tranquilidad, somos el espejo en el que se reflejan. Para poder mantener la higiene durante el paseo os recomendamos llevar un “kit de higiene” por si fuera necesario tener que hacer uso de él (gel desinfectante o una botella con agua y jabón).

Todo este acontecimiento va a suponer un periodo de adaptación al que no le podemos poner fecha de fin, sino ser constantes en su aplicación y confiar en que  al final todo llega, todo se consigue. Es importante hacer el esfuerzo de comprender a nuestros pequeños y ayudarles en esta compleja situación. Que posean gran capacidad de adaptación no significa que sepan sobrellevar emocionalmente este tipo de situaciones. Hace tiempo leí un mensaje de Julio Basulto en el que desglosaba la palabra EDUCAR y que se vuelve esencial en el buen hacer para lo que todavía nos queda de confinamiento y los futuros pasos que iremosdando:


Empatía – Dar ejemplo – Un montón de paciencia – Cariño – Atención – Respeto.




MARÍA ILLERA (COLEGIO CLARET, ARANDA DE DUERO)
JAVIER CUPEIRO (COLEGIO NTRA. SRA. DEL RECUERDO, MADRID)