Somos uno de los
colegios más pequeños de nuestra Provincia. Tan sólo tenemos una línea: una
pequeña familia. No obstante, somos cada año más universales. Ya contamos con
34 nacionalidades distintas que nos dotan de una riqueza cultural inusual.
Nuestro reto pedagógico
se centra en la convivencia: la vivencia compartida, mostrando lo que somos y
aceptando y respetando lo que son.
Cuando en septiembre
arrancamos con el primer claustro dedicado a reflexionar sobre nuestro Plan Pedagógico, dedicamos un tiempo
a crear una imagen. Nuestra imagen ideal es un centro con una puerta grande, abierta 24 horas y, con un
escáner justo en la entrada para poder realizar una resonancia: hay que conocer
al detalle a cada uno de nuestros alumnos. No son un número, son una persona
que acarrea con una mochila y que, de nosotros depende que esa mochila sirva
para afrontar la supervivencia de su vida. El claustro es su apoyo educativo
incondicional y debe comprometerse a acompañar a cada uno de nuestros alumnos,
orientando y ayudando en todos sus momentos vitales.
Quizá parezca muy
utópico pero, ese es el camino que nos gustaría caminar. Ahora estamos en un
primer paso: concienciación del claustro, información y transparencia a las
familias y alumnos y, sobretodo, con muchas ganas de caminar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario