UNA
COMUNIDAD EDUCATIVA AL SERVICIO DE UN SUEÑO: CADA ALUMNO, UN TESORO
En 1996 se publicó
un documento que aún continúa siendo una referencia a día de hoy, La educación encierra un tesoro. Se
trata de un informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación
para el siglo XXI. El trabajo lo coordinó Jacques Delors. Según el político
francés la educación debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes
fundamentales: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y
aprender a ser. Doscientos años antes el filósofo alemán Immanuel Kant escribía
que “la educación es el desarrollo en el
ser humano de toda la perfección de que su naturaleza es capaz”. En el
Colegio Corazón de María de Gijón, el CODEMA (como es conocido en Asturias)
apostamos tanto por facilitar que cada alumno alcance con éxito la mejor
versión de sí mismo como por acompañarle en la aventura que supone crecer e ir
descubriendo que su vida es un tesoro para él mismo y para los demás. Tenemos
claro que nuestra acción educativa y pastoral está orientada a cada alumno.
El Ideario y el Proyecto Educativo, documentos vivos y portadores de vida, han sido
y son la fuente que inspira y proporciona fuerza y sentido a una tarea
educativa completa que busca la calidad académica, la formación humana y la
vivencia elaborada de experiencias personales, sociales y trascendentes.
Valores inspirados en el Evangelio de Jesús vivido al estilo de San Antonio
María Claret que buscan dinamizar el corazón y humanizar la razón de nuestro alumnado.
Hace unos años, en
Equipo directivo, en el contexto del camino hacia la excelencia educativa que
condujo a la obtención del Sello EFQM 400+, nos hicimos una pregunta de fondo:
¿cómo ser fieles a nuestra misión educativa, cuya razón de ser es cada alumno,
en un mundo caracterizado por un cambio constante? ¿cómo preparar de la mejor
de las formas posibles a nuestro alumnado para un mundo que es distinto al que
hemos conocido y que lo va a continuar siendo? ¿cómo dotarles de las
herramientas necesarias para afrontar lo que la moderna sociología define como
un entorno VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo)? Articular una
respuesta sistematizada a esta pregunta en forma de proyecto educativo integral
era necesario, pero no resultaba sencillo y las urgencias no debían conducirnos
a improvisarla. De una parte, si queríamos seguir educando para la vida,
teníamos que ser capaces de identificar aquellos valores que a pesar de las
transformaciones no solo no deben cambiar, sino que están llamados a facilitar una
sólida existencia personal en una sociedad donde el cambio continuo es el nuevo
paradigma. De otra, educar para el siglo XXI exige mirar con ojos esperanzados
el mundo y pensar nuevos modelos pedagógicos que, respondiendo a la realidad,
permitan a nuestros alumnos y alumnas desenvolverse con éxito en la vida como
personas competentes y felices. No se puede enseñar ni aprender de la misma
forma cuando el mundo y las necesidades por él planteadas a la escuela son
otras. Debemos ser valientes en el cuestionamiento de tradiciones e inercias y creativos
cuando se trata de superar las limitaciones y la falta de recursos. Ahí radica
uno de los principales desafíos educativos de la actualidad.
En este proceso de
reflexión resultaron de gran ayuda las recientes investigaciones de las
neurociencias. Estas disciplinas ofrecen apoyo a la pedagogía y la psicología,
y facilitan entender mejor la complejidad del funcionamiento mental. Podemos
decir que han revolucionado la forma de comprender las conductas del ser humano
y lo que es aún más importante: cómo aprende, cómo almacena la información
nuestro cerebro y cuáles son los procesos biológicos que facilitan el
aprendizaje. Nos han enseñado que aprender significa construir significado con
sentido propio desde múltiples formas de inteligencia.
En nuestra experiencia resulta clave el
liderazgo colectivo, transformador, cercano y personal del Equipo directivo. Desde
hace años, directivos y más tarde también profesores, participamos en iniciativas,
cursos, jornadas, foros, eventos y encuentros en los que poder encontrar
respuestas a nuestras aspiraciones hechas interrogantes. Respuestas que nos
ayuden a abrir y transitar nuevos caminos con ilusión y motivación. En nuestro ánimo
ha estado y está aprender de los mejores para ser mejores y para ello hemos
visitado centros educativos de referencia en buenas prácticas en España y fuera
de ella. Agradecidos por lo recibido, abrimos ahora nuestras puertas a otros
colegios de Asturias, de fuera de nuestra autonomía y de la familia claretiana para
compartir nuestro “ser y hacer”.
Junto con otros
centros de la red institucional diseñamos nuestro propio Plan de Innovación
incluyendo en el mismo la implantación progresiva de nuevas metodologías que favorecen la atención
personalizada del alumno en su diversidad: la teoría de las inteligencias
múltiples aplicadas a la educación, la cultura de pensamiento, la enseñanza
para la comprensión, la estimulación temprana, el aprendizaje basado en
problemas-proyectos, el trabajo cooperativo, las nuevas formas de evaluación, los
ámbitos de aprendizaje, la educación emocional, la inteligencia al servicio de
la creatividad y la responsabilidad, el ApS, el uso de las tecnologías
contextualizadas en los procesos de aprendizaje, el ajedrez escolar, la
robótica y la programación, la flipped classroom…
Educar en este
tiempo supone también asumir el desafío de formar personas para una ciudadanía global,
así que hemos priorizado, junto con el desarrollo de los programas de bilingüismo
e implementación de lenguas, la dimensión internacional. Tras varias
experiencias, en estos momentos llevamos adelante tres proyectos Erasmus+ KA2
como centro coordinador con varios colegios europeos y hemos participado en diferentes
KA1 (job shadowing). Además, gracias
a la comunidad generada por eTwinning, profesores y alumnos realizan distintos
proyectos con compañeros de otros países facilitando el desarrollo de
competencias digitales, comunicativas, colaborativas... La ejecución en
nuestras aulas vinculados a materias curriculares de diferentes programas
europeos orientados al desarrollo de vocaciones científicas nos permite la
participación frecuente de profesorado de materias STEAM en Bruselas en iniciativas
y talleres organizados por European Schoolnet.
Cambiar no es
fácil. Pero para ello contamos con una Comunidad educativa madura y
comprometida. La gestión de un cambio de estas características no sería posible
sin la colaboración del profesorado, las familias y el alumnado. Hablamos de un
nuevo “rol del profesor” donde las clases magistrales pierden peso y lo
adquiere la capacidad de ser facilitadores y guías del aprendizaje del
alumnado. Un rol que reclama un docente vocacionado y apasionado en su
desempeño dispuesto a darse en cada clase y en cada tutoría. Un educador que
cree en el trabajo en equipo y en la formación continua. Hablamos de un nuevo
“rol del alumno” que necesariamente debe abandonar un papel pasivo de mero
receptor de información que se le transmite en el aula para convertirse en
protagonista activo y autónomo mediante experiencias de trabajo colaborativo y
a través del aprender haciendo. Y finalmente, hablamos de un nuevo “rol de las
familias” cuyo conocimiento e implicación es clave para el éxito de estas
nuevas pedagogías. Para nosotros no es posible entender la acción educativa si
no es contando con su implicación. Somos un centro abierto en el que se busca
crecer en la relación y vinculación con la familia. Una relación marcada por la
comunicación, la confianza, la colaboración, la comprensión y el conocimiento
mutuo. Ambos, colegio y familia estamos llamados a educar en coherencia y
continuidad.
Una transformación
así no se consigue de un día para otro o con tan solo desearlo. Ni siquiera las
buenas intenciones compartidas son suficientes. Junto a la determinación y la
formación, resultan necesarias la motivación y la permanente evaluación. En el
CODEMA nos gusta hablar de la “seducción pedagógica”, ser capaces de vencer las
dudas y resistencias mostrando los evidentes resultados y ventajas de estos
cambios para el alumnado.
Este proceso nos ha
llevado a dar un paso más en la línea de la personalización del aprendizaje. Un
paso importante y significativo. Hemos diseñado un proyecto para la atención
integral y el desarrollo del talento del alumnado al que hemos denominado
Proyecto Dynamis. El término ‘dynamis’ significa en el pensamiento de
Aristóteles “ser en potencia”. Este nuevo proyecto facilitará que todo el
alumnado pueda desarrollar a lo largo de su vida escolar en el centro aquellas
habilidades y competencias que le son propias. Con la ayuda de los educadores (profesorado,
orientadores, antiguos alumnos, entrenadores, monitores, catequistas,
voluntarios…), de las familias y de agentes externos (asociaciones,
instituciones, organizaciones…) se conseguirá que cada alumno alcance la
realización de lo que se descubra como potencial. Es un ambicioso proyecto
destinado a generar una sinergia entre los diferentes factores sociales
empleando sus fortalezas con el fin de no permitir la pérdida del talento
temprano descubierto en el alumno y, de forma particular al alumnado de altas
capacidades.
Hace unas décadas
el ensayista madrileño José Ortega y Gasset sentenció: “Sólo es posible avanzar cuando se mira lejos. Solo cabe progresar
cuando se piensa en grande”. Esta cita acompaña nuestro sueño educativo.
Continuar caminado con la mirada puesta en los horizontes más altos
persiguiendo los sueños más grandes, aquellos que proporcionan sentido y
hondura a la vida. La vida de cada uno de nuestros alumnos y alumnas.
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