lunes, 27 de enero de 2020

TIC, TikTok, TIC-TAC-TEP


Si le ponemos música, podría ser el estribillo de una canción, pero no, no lo es. Son algunas de las siglas y nombres más de moda en nuestras escuelas y entre nuestros adolescentes. 

Las TIC son las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Hace años que se han hecho presentes en los colegios e institutos, porque también lo están en nuestra sociedad. Es un hecho innegable que nuestros alumnos manejan las herramientas informáticas, las redes sociales e internet desde bien pequeños.

Ya en 2008, un estudio realizado por Apple en Estados Unidos demostraba que los estudiantes de Secundaria pasaban una media de 6,5h/día conectados a internet y que tres cuartas partes de los adolescentes utilizaban, al menos, dos aparatos digitales al día. 

Las TIC son, por tanto, el medio natural de relación y expresión de nuestros estudiantes y no podemos ignorarlas en nuestros centros, si realmente queremos acompañar el proceso de formación integral de nuestros alumnos.
Sin embargo, no debemos olvidar que estas son solo herramientas, vehículo de aprendizaje y no centro del proceso formativo. Por eso también, podremos usarlas en el aula en la medida en que ayuden a nuestros estudiantes a convertirse en protagonistas de su propio proceso de aprendizaje y a consolidar otras muchas habilidades de las llamadas “blandas” (también conocidas como soft skills), además de los conocimientos que recoge el currículo, y sin eliminar de manera definitiva otras metodologías “tradicionales”.

Si nuestros alumnos son ahora TikTokeros, ¿por qué no acercarnos a dónde ellos están para captar su atención y conseguir que se impliquen mucho más en el aprendizaje? ¿Por qué no pedirles que graben TikToks sobre la sintaxis, las leyes de Mendel o los tipos de fuerzas? Y quien dice TikTok dice Instagram, YouTube, SnapChat o cualquier otra red social. Entre el aburrimiento provocado por la desconexión y la frustración por no llegar a conectar cuando el nivel de complejidad es excesivo, se encuentra la posibilidad de trabajar la creatividad y, cuando la chispa de la creatividad aparece, el aprendizaje fluye y nuestros alumnos pueden convertirse no solo en consumidores de información, sino en artesanos de sus propios contenidos. Si es cierto que, según afirma el Foro Económico Mundial, el 65% de los alumnos que se encuentran en Primaria trabajarán en empleos que hoy no existen, entonces es verdaderamente importante que dotemos a nuestros alumnos de las herramientas necesarias para afrontar un futuro tan novedoso y lleno de oportunidades, a la par que incierto. Y eso pasa, lo queramos a no, por acercarnos a donde ellos se mueven con naturalidad. Ya lo decía san Ignacio en el siglo XVI: “entrar con la suya para salir con la nuestra”, y mucho antes san Pablo con su “me hice todo a todos” (1Co 9, 19-23).

De esta forma también podremos ayudarles a reflexionar sobre el uso de las redes sociales y de internet y a desarrollar su sentido crítico, pues es muy importante tener en cuenta que, aunque nazcan prácticamente con un móvil bajo el brazo, no tienen la madurez suficiente para gestionar la información que encuentran, para valorar los riesgos de exponer su privacidad, ni para ser conscientes de las consecuencias de compartir determinados contenidos en internet. Y ahí jugamos un papel crucial nosotros, sus educadores, tanto familias como profesores, para acompañarles en ese camino.  

Y llegamos así al final de nuestro estribillo, TIC-TAC-TEP. Cuando ponemos las TIC al servicio del aprendizaje permitiendo un proceso más individualizado con cada uno de nuestros alumnos en el centro, surgen las TAC, Tecnologías del Aprendizaje y del Conocimiento, y cuando son los propios alumnos los que, sirviéndose de las herramientas que aprendieron a manejar, son capaces de generar sus propios contenidos, trabajar en red de manera colaborativa, y sentirse responsables y actores principales de su proceso de aprendizaje, entonces hablamos de las TEP: Tecnologías del Empoderamiento y la Participación. Pero de estas escribiremos ya en futuras entradas.  

Paula Merelo Romojaro
Profesora-tutora en ESO
Coordinadora del Departamento de Ciencias
Colegio Claret Madrid

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