martes, 26 de mayo de 2020

La mirada de nuestros alumnos Claretianos de 2º de Bachillerato




Volver al lugar donde fuiste feliz






Ya desde el comienzo del curso pasado nos venían avisando de las complicaciones de 2º de Bachillerato: “cuidado con el próximo curso”, “es el más duro de todos”, “es una carrera de fondo…”. Claro que todos podíamos intuir que la última etapa de nuestra escolarización iba a suponer un gran reto, y que nos iba a costar mucho esfuerzo y un gran trabajo superarla. Pero, a mi parecer, esta situación supera con creces toda expectativa.

Al principio del confinamiento, el hecho de recibir clases en línea nos provocaba, incluso, la risa. Nos hacía gracia que pudiésemos desayunar mientras atendíamos las clases, que solo nos hiciera falta levantarnos cinco minutos antes, que no tuviéramos que pedir permiso para ir al servicio, y muchas otras cosas. Pero nadie, y yo me incluyo, pensaba que este tipo de clases nos agotaría tanto, o más, que las presenciales. Puede que sea por permanecer sentados tantas horas frente a una pantalla, por no poder salir a tomar el aire, o por no poder estar con nuestros compañeros, profesores y amigos, pero lo cierto es que, al cabo de unas semanas, estábamos todos exhaustos (y lo seguimos estando).

Además, en la distancia, veíamos como la tercera evaluación se aproximaba poco a poco. Entonces, ante la incertidumbre respecto a este tema, empezaron a surgir multitud de dudas sobre cómo íbamos a ser evaluados. Nadie sabía si sería por medio de exámenes, de trabajos, de ambos, o de ninguno. Esto contribuyó a que, en muchos casos, aumentara el agobio ante el final del curso, ya que toda nuestra organización para el mismo se fue a pique.

Las circunstancias que nos ha tocado vivir son históricas y, cuanto menos, excepcionales para todo el mundo. Por si fuera poco, nuestra generación tiene como añadido la presión a la que nos somete la llegada inminente de la temida EBAU. A todo el esfuerzo realizado de manera constante durante los primeros seis meses de curso, debemos ponerle todavía más dedicación, ante la imposibilidad de preparar la prueba externa de forma presencial.

Todos, tanto alumnos como profesores, hemos debido adaptarnos a las clases telemáticas, poniendo un extra de empeño para afrontar un método de enseñanza completamente novedoso para todos y cada uno de nosotros. No obstante, gracias a una buena organización desde el primer momento (incluso desde antes de que fuésemos puestos en cuarentena) y una gran implicación de ambas partes, estamos siendo capaces de sacarles el máximo provecho a las clases online. Además, aún nos queda la esperanza de la posibilidad de poder volver a las aulas pronto para poder impartir clases de repaso para la EBAU, lo que, por lo menos a un servidor, le alienta a seguir ahí.

Además de todo esto, estoy muy tranquilo y me siento muy bien preparado de cara a la prueba externa, así como de cara a mi futuro universitario y laboral, gracias, en parte, a la buena preparación que he recibido en este centro. Y especialmente en esta extraordinaria situación, puesto que, como dije antes, el colegio tomó medidas desde el primer minuto para que no perdiéramos ni el ritmo ni la tensión del estudio. A pesar del enorme reto que está suponiendo este curso, si conseguimos mantener ese ritmo durante la recta final, lograremos sacarlo adelante.

Sobre mi paso por el colegio, estoy muy agradecido por haber tenido la oportunidad de estudiar aquí, en el CODEMA, desde los tres años de edad hasta el final. Me paro a pensarlo y no escogería ningún otro centro, puede que, por la costumbre, o puede que sea porque realmente no me encontraría tan a gusto en cualquier otro lugar. Este colegio me ha permitido realizar numerosas actividades, visitar lugares, hacer viajes y conocer personas que me han cambiado y me han hecho crecer como persona, y por ello me considero verdaderamente privilegiado de formar parte de esta familia. Siempre recordarémi paso por ellacon, quizás, lágrimas nostálgicas en los ojos, pero siempre con una sonrisa de gratitud en la cara.

Sinceramente, me da una extraña sensación, entre pena y rabia, no poder despedirme como me gustaría de aquellos con los que llevo compartiendo estas aulas toda la vida, de mis actuales y antiguos profesores, ni de mis compañeros y entrenadores del equipo de baloncesto. No nos olvidemos de todos nuestros planes desbaratados para las vacaciones de verano, “el mejor y más largo de vuestras vidas”, como solían decirnos. Además, nos hemos quedado sin nuestra anhelada ceremonia de graduación, pero estoy seguro de que la llevaremos a cabo tan pronto como sea posible, aunque sea meses, o incluso años, más tarde.

Pero, en fin, ¿qué podemos hacer nosotros ante situaciones que se escapan de nuestro control? Pues nada, no nos queda otra que aguantar hasta que esto se resuelva, y tratar de aprender lo máximo posible de esta circunstancia, pues de todo se puede sacar algo positivo y constructivo. No se olviden de mantener la distancia de seguridad y no dejen de usar mascarilla y guantes. Gracias y un saludo.

Generación 2002-2020 Colegio CODEMA (Claret) de Gijón


Que llegue ya, y que no llegue nunca…


Segundo de Bachillerato, ese año que todos estamos deseando que llegue pero a la vez tememos que pase, ya que supone un principio y un final.

Desde muy pequeños, nos preparamos para lo que nos venga en un futuro, madurando cada año que pasa y cambiando así nuestra mentalidad. Pero este año es diferente, pues nadie se habría imaginado lo que ha ocurrido.De un día para otro nos dijeron que no volveríamos a clase, ni a ver a nuestros compañeros con los que tantos años llevamos conviviendo. No obstante, si algo bueno tenemos las personas es que sabemos adaptarnos a lo que nos venga, ya sea malo o bueno, y eso es precisamente lo que hemos hecho. Desde el minuto uno continuamos haciendo nuestro trabajo como si estuviéramos en el colegio todos juntos, es más, yo no he notado apenas diferencia, ya que sigo escuchando mandar callar constantemente a los profesores o las risas de mis compañeros por detrás.Quieras o no, se agradece, ya que te hace recordar que seguís juntos. Además, gracias a la tele-docencia estamos aprendiendo cosas nuevas que nos vendrán bien para los años siguientes o para este que estamos viviendo mismamente.

Por otro lado, no dejamos de estar en la etapa final de nuestro paso por el colegio, que jamás pensamos que la pasaríamos así. Es un poco triste porque sabes que ya no volverás a estar como antes y, quieras o no, es lo que hay. Sin embargo, si algo nos ha enseñado este centro es que siempre hay una salida para todo ayudándonos unos a otros, como hemos hecho siempre. También hemos aprendido una cosa muy importante durante estos años: conocerse a uno mismo y saber qué quieres hacer con tu vida, cuáles son tus aspiraciones y sueños. Finalmente, dejo lo mejor para el final, lo más importante y valioso de todo, es que no nos vamos sin más, sino que nos llevamos con nosotros a todos los profesores y personas que nos han ayudado durante esta etapa de nuestra vida.Eso sí, dejando un pedacito de nosotros en el colegio. Porque donde fuiste feliz, siempre acabas volviendo.

Generación 2002-2020 Colegio Corazón de María (Claret) de Zamora


La unión, el mejor antivirus

Quién iba a decir que cuando anunciaron por la tele, hace ya un par de meses, que cesaban las clases presenciales a raíz de un virus, iba a ser probablemente el último día que volvería a pisar el colegio en mi vida. Y desde entonces aquí estoy, sentado en mi habitación, intentando invertir el tiempo de cada día lo mejor que puedo. Porque sin duda, el tener que enfrentarnos a una situación tan crítica, a dos meses vista de una prueba rodeada de incógnitas y que va a marcar mi futuro académico, es un completo desafío. Además, la mayoría de nosotros, incluidos los profesores, nos hemos tenido que adaptar a un estilo de clase a distancia rápidamente, y aún así, dentro de este caos subyace la voluntad de sobreponernos a esta situación, de seguir adelante todos juntos a pesar de las circunstancias y poner en el punto de mira a la selectividad con la que tanto nos han dado la matraca estos dos años. Clases online diarias, trabajos, mensajes, exámenes, llamadas para saber cómo estamos…, todos hemos puesto de nuestra parte para darle la vuelta a la situación, recibiendo así una lección de vida que vamos a guardar siempre: la unión hace la fuerza. En fin, espíritu claretiano en estado puro.

Generación 2002-2020 Colegio Claret de Madrid





Sin miedo… que somos Claret!!!

Han pasado 2 meses y medio desde aquel día que nos mandaron a casa,  desde aquel día que, sin saberlo, me dirigía hacia las escaleras que tantas veces he subido, dejando atrás, por cada escalón que bajaba, miles y miles de recuerdos que me ha dado este colegio. Sí, soy alumno de 2º de bachillerato, y esos pasos fueron los últimos que di como alumno del colegio que me ha formado desde los cimientos hasta la cumbre de las primeras etapas de mi vida, durante 15 largos años. 

Poco a poco, me fui dando cuenta de la gravedad del asunto, y tras ver las noticias, percibí que lo que no quería que llegase se iba haciendo realidad. El viaje a Italia, los últimos globales con mis compañeros, las últimas clases con los profesores, los últimos agobios en el pasillo antes de un examen, las megafonías, los “¿qué tal el examen?” o los “¿qué había de tareas?”, la graduación, nuestra graduación… y tantas otras cosas que hemos visto hacer a muchas generaciones que han ido pasando a lo largo de los años y que un día soñábamos con hacer, pero debido a esta situación de pandemia, no podremos. Es una sensación rara, muy difícil de explicar, son muchos los recuerdos y muchos los momentos vividos entre estas paredes; desde hace mucho tiempo han dejado de ser cuatro paredes para convertirse en algo que ha calado muy dentro, para formar parte de nuestra identidad. 

Es duro, no voy a decir que no lo sea, no poder despedirse de todo esto como otros muchos lo han hecho, es duro pensar que te vas sin hacerlo como has querido hacerlo durante muchos años. Pero tengo claro que esta generación del 2002, se va dejando huella, y no sé si más grande o no que las demás, pero sí que sé que somos diferentes, somos una generación especial, una generación muy unida en todos los aspectos. Sentimos muy dentro que nos quedamos y que el colegio queda en nosotros para siempre.

Ánimo, fuerza y coraje, ¡que somos y siempre seremos Claret!

Generación 2002-2020 del Colegio Claret de Segovia

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