Preparados para educar: cuando la oportunidad se llama curso 2025-2026
Comienza un nuevo curso escolar y por primera vez
en muchos años no lo estoy viviendo como profesor directamente en un colegio.
Sigo vinculado al mundo de la educación con encomiendas de animación y servicio
que pretenden facilitar, colaborar y ayudar a que el regreso a las aulas de
tantos y tantos niños y adolescentes sea un momento importante en sus vidas,
pero es cierto, y no me quiero engañar, no es lo mismo. Estos días no puedo
evitar pensar, sobre la base de mis experiencias y recuerdos, cómo se está
produciendo ese primer día en nuestros centros escolares.
Inevitablemente pasan por mi memoria los lloros
de los que de forma progresiva se van incorporando en 1º Educación Infantil.
Por contraste, las caras de ilusión, las sonrisas de quienes regresan a sus
aulas de Primaria, los reencuentros rubricados con emocionados abrazos con sus
profes de los que continúan en el mismo ciclo o con aquellos de los que no
acaban de despegarse después de dos cursos a la espera de conocer al nuevo
tutor. La aparente indiferencia mostrada por los alumnos de la ESO. El rostro
de despiste de quienes empiezan 1º Bachillerato y estrenan etapa sin saber aún
que no es 5º ESO. Ya llegará la primera evaluación en diciembre. Y como no,
pobres, los de 2º Bachillerato, que en la presentación de cada una de las
diferentes materias habrán escuchado de boca del docente en numerosas ocasiones
la referencia a la tan temida PAU. Y lo digo porque yo mismo he sido, hasta
hace poco, uno de ellos en mi primera clase de Historia de la filosofía.
Estamos de estreno, estrenamos nuevo curso, y con
él la novedad de un nuevo Modelo Pedagógico Provincial (2025-2028). ¡Con qué
ilusión lo hemos elaborado a lo largo de los meses pasados! Análisis, estudios,
reflexiones, consultas, reuniones… Con él, al igual que con los anteriores,
buscamos que en el ámbito pedagógico los centros de nuestra Red puedan seguir
caminando juntos en la misma dirección. Porque sabemos que juntos se camina
mejor y se llega más lejos. Nuevamente, no podía ser de otra manera, esta
renovada propuesta continúa situando en el centro al alumno, a cada uno de los
alumnos y alumnas de nuestros centros claretianos. Cada uno como es. Con sus
fortalezas y debilidades, con sus talentos y necesidades. Porque eso es lo que
queremos, avanzar en la personalización de los aprendizajes para que cada uno
de ellos pueda recibir la respuesta educativa y el acompañamiento que necesita
en su desarrollo personal. Ayudarles a descubrir quiénes son y lo que están llamados
a ser es un imperativo ético para nosotros y se sitúa en el corazón de los
proyectos educativos de nuestros colegios claretianos.
Este año se nos propone como eje educativo para
nuestra actividad pedagógico-pastoral: “Siente el Espíritu. Yo soy la vida”.
Una invitación a que personalmente y también de forma colectiva, como
comunidades educativas, nos abramos a la acción del Espíritu de Jesús en
nuestras vidas. San Antonio María Claret descubrió muy pronto lo que
significaba sentir el Espíritu. No es otra cosa que sentirse habitado por una
presencia misteriosa y amorosa, la que supone la huella de Dios en cada uno.
Sentir a Dios y abrirse a la acción del Espíritu en el día a día nos llevará a
caminar, junto con otros, por las sendas de la gratitud y de la gratuidad,
conjugando verbos de vida como servir y alabar, y actitudes como la cercanía,
el cuidado, la empatía, la solidaridad, la esperanza, la disponibilidad...,
también la exigencia, el rigor y el esfuerzo. Jesús, el Maestro, nuestro
hermano mayor, nuestra referencia, nos abre el camino como modelo de vida.
Y termino. Ya os decía antes que he sido profesor
de Filosofía, así que vais a permitirme finalice con una referencia a una
escuela filosófica que en sus enseñanzas nos puede dar incluso luz para los
tiempos inciertos que nos toca vivir. Decían los filósofos estoicos que la
suerte como tal, no existe. Que la suerte es lo que surge cuando se encuentran
la preparación y la oportunidad. Y estamos preparados, ¿verdad?, vaya si lo
estamos. Lo está nuestro alumnado y sus familias y lo estamos también los
educadores, que en un centro claretiano somos todos (por sentimiento de pertenencia
e identidad) y muchos (en número): misioneros claretianos, directivos,
profesorado, personal no docente, catequistas, entrenadores, monitores…
Preparados y listos para aprovechar esta nueva oportunidad que se nos presenta
y que se llama curso 2025-2026. Así que… MUCHA SUERTE.
Simón Cortina Hevia CMF
Coordinador del Equipo de titularidad
Colegios de la Provincia claretiana de Santiago