LA MIRADA DE UN NIÑO
Si la mirada de un niño pudiera
hablar creo que aprenderíamos todos muchas cosas. Aunque es muy posible que la
frase más repetida de la mirada de un niño fuera: “no lo comprendo”.
La mirada de un niño no comprende
la guerra, no comprende que haya que matar para vivir y que el odio al enemigo
pueda más que el amor a los amigos.
La mirada de un niño no comprende
que aquellos que no vamos a estar aquí para sufrirlo, tengamos tantas
dificultades en ponernos de acuerdo para que él pueda disfrutar de un planeta
limpio y habitable.
La mirada de un niño no comprende
que la desigualdad sea lo más similar entre unos pueblos y otros, no comprende
que nuestras relaciones estén basadas en la competición, porque él está “pensado”
para el amor, para la colaboración, para vivir con otros.
La mirada de un niño no entiende
de comparaciones; no comprende bien que tenga que ser el mejor, el primero, que
tenga que ganar siempre, porque el juego, la vida la tiene para jugar, para
disfrutar jugando y no comprende que para ganar los demás tengan que perder.
La mirada de un niño no sabe
discutir, no comprende que los adultos seamos tan torpes para trabajar juntos;
la mirada de un niño quiere otras miradas a las que admirar, y de la admiración al otro surge la cultura común, surge un proyecto en comunidad.
Quién tuviera la mirada de un
niño.
Que la Navidad nos ayude a recuperarla, a buscar la paz, a que nuestros actos busquen el bien común y el cuidado de nuestro común hogar, que es la Tierra, que construyamos la paz, y no hay mejorar manera que haciendo el bien a nuestro vecino. Que la Navidad nos ayude a ver al otro como una oportunidad para disfrutar, para compartir, para sonreír.
Que la Navidad nos devuelva la
mirada de un niño, porque es cierto, en Navidad celebramos que Dios se hace hombre,
pero recordad, que empezó por ser Niño.
¡¡¡¡¡Feliz Navidad!!!!!
Equipo Pedagógico Provincial
Equipo de Titularidad
Colegios Claretianos de la
Provincia de Santiago
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