Plan Digital de Centro: brújula que nos orienta
Nadie puede decir a estas alturas
que esto de la digitalización le pille de nuevas. Llevamos años embarcados en
esta aventura, de manera voluntaria o empujados por las circunstancias de la
pandemia que nos obligaron a desempolvar dispositivos y aprender a nadar en el
mundo digital, al menos para no ahogarnos y llevar a buen puerto a nuestros
alumnos.
El desarrollo de la competencia digital ha dejado de ser un horizonte a futuro y es ya una realidad y una exigencia. Y como todo lo que hacemos en nuestros centros, este camino hemos de recorrerlo buscando lo mejor para nuestros alumnos.
Que hayan llegado (o estén a punto de llegar) los dispositivos a nuestras aulas no es el final del camino. Es esencial tener claro a dónde queremos llegar y qué queremos conseguir con su ayuda. Nuestros dispositivos no han llegado para quedarse en el cajón ni, en el otro extremo, convertirse en el centro excluyente de nuestro proceso educativo: los dispositivos no son un fin en sí mismos, sino un medio para alcanzar un objetivo, son un elemento más que hemos invitado a entrar para ayudarnos a llegar más y mejor a todos y cada uno de nuestros alumnos con las necesidades y fortalezas que cada uno tiene. Los dispositivos enriquecen nuestra labor porque, entre otras cosas, nos permiten trabajar los niveles más altos de la taxonomía de Bloom en el aula. Nuestros alumnos son, y siguen siendo en el mundo digital del siglo XXI, el centro de nuestra actividad.Y para este fin es esencial
desarrollar un Plan
Digital de Centro (PDC) que nos sirva de brújula para avanzar. Un PDC
realista, que parta de nuestra situación concreta, la de profesores y alumnos,
que marque cuáles son nuestros objetivos y las acciones que necesitamos llevar
a cabo para alcanzar esos objetivos, así como el proceso de evaluación para
determinar si hemos alcanzado lo que perseguíamos. La herramienta SELFIE nos ha
ayudado a establecer cuál es nuestra situación concreta, dónde nos encontramos
a este respecto alumnos, profesores y equipo directivo.
Los objetivos a desarrollar de
cara a la formación del profesorado están claros: de aquí a 2024, el 80%
de los profesores no universitarios deberemos certificar nuestra
competencia digital de acuerdo a los estándares europeos (A1-C2). Aunque existe
un marco estatal de referencia, las Comunidades Autónomas comienzan a
establecer cómo habrá de realizarse ese proceso de certificación. Si bien es
cierto que todavía no está fijado totalmente este proceso, especialmente para
los niveles más altos, sí es claro que necesitamos continuar formándonos.
Como en todo, tener un Plan realista
y que todos conocemos en nuestro Centro nos ayudará a caminar con paso firme,
sin improvisaciones, y con la seguridad de que nuestra apuesta por la
digitalización llega a buen puerto. Nuestro Modelo Pedagógico Provincial actual
marca los tres pilares en los que queremos centrarnos estos años:
personalización, digitalización y DUA (Diseño Universal para el Aprendizaje).
Los tres van de la mano y se complementan. Habrá vientos en contra, alusiones a
otros Centros donde dicen que “ya están de vuelta” porque no funcionó: nuestros
alumnos viven ya en un mundo digital y es nuestra responsabilidad como
educadores ayudarles a navegar por esas aguas de la manera más competente y
sana posible.
Estamos convencidos de que el
mundo digital aporta en positivo (como hizo la tiza, el acetato o el proyector
de diapositivas en su momento) y por eso apostamos por recorrer este camino.
Equipo Pedagógico Provincial
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