Un ser humano está hecho de tal manera que no se realiza, no se desarrolla ni puede encontrar su plenitud «si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás» (Fratelli tutti, 87)
Antonio vivía en el número 6 de
la calle Luis Fenollet, en nuestro querido barrio de la Fuensanta, a dos
minutos escasos de nuestro colegio. Hacía ya muchos años que vivía solo: se
divorció y fue perdiendo contacto también con sus dos hijos. Sus vecinos habían
dejado de verlo. Pensaban que se había ido a una residencia, pues el hombre
estaba ya mayor. Los recibos seguía pagándolos fielmente.
Con las lluvias de estos días, a
la vecina de abajo comenzó a formársele una gotera. Su hijo avisó a los
servicios públicos pues estaba convencido de que Antonio ya no vivía allí y tampoco tenían un teléfono ni una dirección donde
localizarle. Cuando los bomberos entraron en su casa, encontraron a Antonio
muerto en su habitación, bueno, quizás es más exacto decir que encontraron el
esqueleto de Antonio: llevaba 15 años muerto. Estaba vestido, sobre su cama.
Nadie le había echado de menos en todo este tiempo. Antonio murió solo, sin
nadie que le acompañara, sin nadie que le llorara, sin nadie que le echara de
menos.
No puedo por menos que
sobrecogerme al escuchar esta historia en las noticias y, como me pasa tantas
veces, la llevo al terreno conocido, a mis alumnos, a mis personas cercanas.
Fuente: San Juan de Dios |
Cuando termino de escribir este
texto, escucho que la Fundación San Juan de Dios, está llevando a cabo en esta
semana una campaña de sensibilización contra la soledad no deseada. No creo en
las casualidades… algunos las llaman “Dios-idades”.
Lamentablemente las cifras
oficiales hablan de un número cada vez mayor de personas que viven solas, que
sufren la “soledad no deseada”. Quizás la historia de Antonio sea un caso
extremo, pero ojalá nosotros sepamos hacernos cercanos a quienes están solos,
generar vínculos, tejer red, para que nadie tenga que irse de este mundo como
se fue Antonio. Y ojalá sepamos sembrar
en nuestros alumnos esa semilla, para que la red de cuidado mutuo sea cada día
más amplia.
Hoy, Antonio, yo rezaré por ti.
Paula Merelo Romojaro
Claret Madrid
Equipo Pedagógico Provincial
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