martes, 3 de junio de 2025

Excursiones

POCO SE HABLA DE LAS EXCURSIONES

Mayo y junio son sinónimo de excursiones de final de curso. Buen tiempo, incluso calor, posibilidad de tormenta, bocadillo, autobuses, ropa cómoda… y a la “conquista del espacio exterior”.


Para los alumnos es una fecha especial: ya sea un museo, una ciudad cercana, un viaje de final de etapa a Grecia, Italia o Barcelona o una aventura en canoa, nuestros alumnos y alumnas viven este momento con nervios y con una especial emoción; la emoción que despiertan las cosas que dejan huella.

Para los profesores es la culminación a todo un curso con su grupo de alumnos, el hito que marca el momento de cerrar una etapa; es un día para disfrutar de otra manera, para conocer y reconocer a sus alumnos en el terreno de juego que es la vida, fuera de las aulas, donde tienen que mostrarse competentes de una manera real, sin mediación de libros, pizarras o lecciones. Pocas familias son conscientes de la cantidad de cosas que hay que gestionar para sacar adelante una excursión; los profesores sí los saben, así como saben las alergias de todos sus alumnos, las necesidades de cada uno de ellos, la viabilidad de los lugares a visitar, donde comer y donde dormir, quién va a estar con quién para que nadie se quede solo y cómo hacerlo para que la excursión salga lo más económica posible; los profesores, con sus equipos directivos asumen el riesgo que significa ofrecer a los alumnos la maravillosa posibilidad de seguir aprendiendo fuera del colegio. Que siga siendo así es una seña de calidad que nos hace diferentes. Gracias Educadores.

Para las familias es un momento también mágico; es la dosis justa de nervios que les recuerda que un día sus hijos, nuestros alumnos, saldrán de las cuatro paredes del aula para conquistar el mundo; el viaje, con todas sus connotaciones les hace caer en la cuenta de que van cumpliendo etapas, de que sus hijos crecen y si hace muy poco el destino era una granja escuela, ahora vuelan a un país extranjero casi en modo “adulto”.

En definitiva, el viaje, la aventura, el compañerismo, lo imprevisible, la apertura a la sorpresa. También el riesgo de lo inesperado, de los percances, de lo accidental; como en la vida misma, todo lo que merece la pena tiene un riesgo.  Ver y reconocer que hay lugares en el mundo aún más maravillosos que tu propia ciudad o tu propio contexto. Una aventura que te lleva a entender mejor la clase de Ciencias o de Historia, que te conecta con la Literatura o el Lenguaje de otro tiempo, que te permite descubrir que en todo está en lenguaje Matemático, o la importancia de saber Idiomas. Ver y sentir lugares donde la huella del Cristianismo es fundamental, donde tal vez un día volverás, o tal vez no, pero que de una manera u otra, se quedan para siempre.


Poco se habla de las excursiones. Sí, tienen sus riesgos, que se lo digan a los profesores, que los asumen en por un bien mayor. Conectan la vida con los conocimientos y estos con las emociones. Son un laboratorio perfecto para mostrar las competencias personales y grupales. Unen a los alumnos como pocas cosas lo hacen. Y visibilizan todo lo que nuestros colegios aportan en lo que se llama aprendizaje para la vida. Riesgos, competencias, amistad, recuerdos, emoción.

Espero que se siga hablando poco de las excursiones, son buenas, educativas, pueden pasar cosas, sí, pero para eso están los educadores, para enseñar a enfrentar riesgos.

Verás cómo pronto a alguien, se le ocurre prohibirlas.

Área pedagógica del Equipo de Titularidad

Misioneros Claretianos de la Provincia de Santiago